Detenido como investigado por un delito de maltrato animal y un delito de intrusismo profesional, al ser pillado en su «clínica», sin ser veterinario, mientras cortaba las orejas a un cachorro de perro. La detención y posterior investigación fue llevada a cabo por el SEPRONA de Badajoz.
Desde el 1 de febrero estas prácticas están terminantemente prohibidas en España, incluso si se hace por veterinario habilitado.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Badajoz investigaba supuestas irregularidades sobre la amputación de orejas y rabos, a perros, bajo la justificación de mantener los estándares raciales y la apariencia estética.
Según se ha dado a conocer este lunes, 30 de julio, el pasado día 10, la Guardia Civil sorprendió in fraganti, en la sala quirúrgica de una clínica veterinaria de Badajoz, a un hombre cuando procedía al corte de las orejas de un cachorro de la raza American Bully, cuya morfología está dentro de las características típicas de los perros de pelea.
Una vez identificada, por el SEPRONA, la persona que estaba amputando las orejas del animal, se comprobó que no tenía la titulación para realizar esta práctica veterinaria, por lo que se le considera supuesta autora de un delito de intrusismo profesional y, a la vez ,de otro de maltrato animal, por lo que los agentes la detuvieron.
Además del vigente Código Penal, la legislación al respecto es tajante, ya que desde el pasado día uno de febrero, entró en vigor en España el convenio europeo sobre protección de animales de compañía, que en su artículo 10 prohíbe las intervenciones quirúrgicas, cuyo objeto sea modificar la apariencia de un animal de compañía o conseguir otros fines no curativos, y en particular:
El corte de la cola.
El corte de las orejas.
La sección de las cuerdas vocales, lo que se hace para que el animal no ladre.
Y la extirpación de uñas y dientes.
Todo ello, salvo que un veterinario, considere la necesidad de intervenciones en beneficio de la salud del animal y/o poder disminuir su sufrimiento. Excepción no observada en ningún momento en la actuación de los agentes del SEPRONA.
Ahora, la Guardia Civil busca al propietario del animal, ya que el autor de las amputaciones se negó a identificarlo y el animal no poseía el denominado microchip, obligatorio por su especie y edad.
El detenido fue puesto a disposición judicial, en unión de las diligencias instruidas. Se enfrenta a una posible condena de hasta dos años de prisión por intrusismo profesional, y a otra de hasta de 18 meses por el maltrato animal.
FOTOS: El animal sobre la mesa de ‘operaciones’. En la imagen pequeña, una oreja amputada.