Kitty fue una cachorrita comprada, un capricho puntual. A los 4 meses de edad se fracturó una patita jugando y su familia decidió sacrificarla al no poder hacerse cargo del importe de la operación. Menos mal que una voluntaria se enteró del caso y pudimos llegar a tiempo, el dueño nos la cedió y la operamos en tres ocasiones hasta que su patita quedó perfecta! Contado así parece que ha sido fácil, pero operar a una perrita tan joven y tan activa como es Kitty es muy complicado y hemos tenido varios altercados. Desde aquí queremos agradecer a la casa de acogida todo el esfuerzo que ha realizado por la pequeña, pero sobre todo que al final se hayan decidido por adoptarla!Ahora a ser muy felices que os lo habéis ganado! JAMÁS DE LOS JAMASES TE OLVIDAREMOS PEQUEÑA.